El Palau de les Arts Reina Sofía abre al público la Galeria dels Arcs. Ubicada en los pasillos subterráneos del edificio, se inaugura con un concierto del Cor de la Generalitat Valenciana que dirige Francesc Perales este jueves, 11 de mayo, a las 20.00 h.
La formación coral titular de Les Arts interpreta ‘4 Motetes’ y ‘Missa Papae Marcelli’, de Giovanni Pierluigi da Palestrina, compositor italiano renacentista de música religiosa, reconocido por sus obras polifónicas.
La Galeria dels Arcs es el segundo espacio que Les Arts pone al servicio de la música esta temporada, tras el ‘Espai Los Toros’, donde concluyó este pasado sábado el ciclo de música de cámara con la sesión ‘Alemania Barroca’.
Con ‘Missa Papae Marcelli’, los asistentes podrán descubrir la particular acústica y estética de los pasillos de la planta -3, un nivel por debajo del antiguo cauce del río Turia, que comunican el edificio de Calatrava con el Teatre Martín i Soler.
La ubicación, accesible para el público desde el propio Teatre Martín i Soler, alberga las aulas y salas de ensayo del Centre Plácido Domingo, así como las del Cor de la Generalitat. La capacidad de la Galeria dels Arcs permite la asistencia de 200 espectadores.
El centro de artes informa de que las localidades para este concierto están agotadas, salvo el cinco por cien del aforo que la ley autonómica obliga a reservar para su venta el mismo día del espectáculo. Las entradas se benefician de la política de precios populares de Les Arts con un precio único de 15 euros.
Missa Papaæ Marcelli
Según explica Anselmo Alonso, “La ‘Missa Papae Marcelli’ -o misa del papa Marcelo- es considerada aún a día de hoy como la obra que salvó a la polifonía de las garras del Concilio de Trento.
La Reforma del cristianismo en versión luterana llega al mundo de la música polifónica religiosa en un momento en el que ésta había entrado en el más completo mestizaje morfológico, debido en parte por la excesiva elaboración intelectual alcanzada desde el medievo en el terreno del contrapunto y la imitación, pero causado en gran medida por el uso de ritmos y melodías populares en forma de paráfrasis y citas: un frívolo sustento para el verbo divino. La Contrarreforma católica, con su poderoso instrumento conciliar de Trento, estuvo a punto de eliminar la música elaborada del culto católico a favor de un retorno a la pureza de la monodia y la salmodia, codificadas unos siglos antes por el papa Gregorio Magno: el canto romano, simple y directo, inteligible y de estirpe divina. Canto donde la música no estorba a la comprensión de la palabra de Dios.
Giovanni Pierluigi da Palestrina, que servía en la capilla vaticana durante el brevísimo reinado del papa Marcelo II -de apenas tres semanas-, fue testigo directo de estos años de peligro y, sin duda, contribuyó con su esfuerzo renovador a la aceptación de la música por parte de las autoridades trentinas. Él, que había compuesto en el estilo denso e intelectual en boga en su momento, escribió esta misa crucial tras la muerte del papa efímero, cuyo bajo corto mandato se habían dado las primeras órdenes de claridad y sencillez compositiva en el ámbito de la iglesia: sobre el ‘cantus firmus’ de las puras melodías gregorianas.