El cine, como arte, es una disciplina relativamente joven, puesto que cuenta con poco más de 100 años desde los primeros largometrajes. Desde sus inicios, se ha nutrido de otras artes para crear su identidad: la literatura, las artes plásticas y, también la ópera. Como género teatral, la ópera tiene una fuerza arrolladora y se considera en muchos casos como el espectáculo total.
10 óperas llevadas a la gran pantalla
De la ópera, el cine en sus orígenes encontró muchos elementos para inspirarse, pero sobre todo, y con la aparición del cine sonoro, es en el uso narrativo de la música donde mayor inspiración ha encontrado. Más adelante, desde los años 50, las citas hacia óperas concretas se han hecho cada vez más frecuentes por parte de grandes cineastas. Algunas de las más memorables os las presentamos en esta lista de 10 películas en las que la ópera tiene un papel muy destacado.
El Padrino 3
La épica de esta obra magna de Coppola no se entendería sin el gran montaje en paralelo de la escena final en la que la Cavalleria Rusticana de Mascagni se convierte en el hilo narrativo a modo de epílogo de esta gran tragedia de la familia Corleone. Sin querer hacer spoilers para aquellos que no la hayan visto, basta decir que los últimos 15 minutos de este film están protagonizados por esta ópera de Mascagni y que a nivel narrativo y emocional es uno de los finales más devastadores de la historia del cine.
La Flauta Mágica de Ingmar Bergman
En esta lista solo hemos incluido dos óperas puras en formato cinematográfico y una de estas es quizás la mejor ópera completa jamás puesta en pantalla. Bergman primero nos muestra a la audiencia, luego se enfoca en una niña pequeña con una expresión de asombro y descubrimiento y a través de sus ojos vemos cómo se desarrolla toda la ópera. La producción de Bergman es una presentación muy original de una de las óperas más queridas del catálogo mozartiano.
Misión Imposible: Rogue Nation
La secuencia de diez minutos dentro del teatro de la Ópera Estatal de Viena es uno de los homenajes más espléndidos del cine a la ópera, una escena con una tensión al límite perfectamente puntualizada por la música de la mítica área Nessun Dorma de Turandot de Puccini que proporciona la banda sonora. También es un fascinante vistazo entre bastidores al funcionamiento interno de un teatro de ópera.
Madama Butterfly de David Cronenberg
Esta historia de amor, engaño y encuentro cultural de Oriente y Occidente está intensificada por la música y la tragedia de Madama Butterfly de Giacomo Puccini. La película está basada en la exitosa obra de Broadway del mismo nombre de David Henry Hwang, quien se inspiró en hechos reales y quien también escribió el guión.
Don Giovanni de Losey
La otra gran película de ópera completa es el Don Giovanni que filmó en 1978 Joseph Losey de 1978 en Vicenza, cerca de Venecia, con algunos conceptos visuales muy particulares. La película comienza en una fábrica de vidrio con el gran seductor en una visita a Donna Anna. El reparto cuenta con un Ruggero Raimondi como un cínico y seductor Don Giovanni y con un muy divertido Jose Van Dam como Leporello. Todos bajo la dirección musical del gran Lorin Maazel.
Match Point
La música es siempre un personaje más en la gran mayoría de las películas de Woody Allen. En este thriller psicológico que cuestiona las fuerzas del destino y la suerte es también un homenaje continuado a la voz de uno de los más grandes cantantes de todos los tiempos, el tenor Enrico Caruso. Le podemos escuchar en con arias de Giuseppe Verdi, Georges Bizet y Donizetti. El uso que hace Allen de la ópera para definir el conflicto interno del personaje principal en varios momentos clave de la película es magistral.
Una habitación con vistas
Hay cineastas a los que les encanta la exuberancia sonora de la ópera romántica italiana para remarcar momentos de un romanticismo exagerado. La fascinante belleza del aria «O mio babbino caro» del Gianni Schicchi de Puccini se escucha cuando una joven reprimida de la Inglaterra eduardiana descubre la pasión durante sus vacaciones en la Toscana en esta comedia romántica de Merchant-Ivory.
Cadena Perpetua
Seguramente es el momento más célebre de esta maravillosa película de Frank Darabont de 1994. Tim Robbins se infiltra en el sistema de megafonía de la cárcel en la que se encuentra injustamente recluido por un crimen que no cometió y pone en el tocadiscos del Alcaide el ‘Canzonetta Sull Aria’ de Le Nozze di Figaro de Mozart para que todos sus compañeros de prisión puedan sentir unos momentos de libertad.
Amadeus
En esta lista no podía faltar el que probablemente es el mejor biopic de un compositor, la mítica Amadeus de Milos Forman. Al margen de toda la parte más fantasiosa de su relación con Saliera, lo cierto es que a lo largo de toda la película aparecen grandes momentos operísticos en los que se refleja a la perfección como fueron los estrenos de Don Giovanni o La Flauta Mágica. La ambientación y puesta en escena (los fragmentos de óperas están grabadas en el mismo teatro de Praga en el que Mozart estrenó Don Giovanni) son de un realismo casi documental.
Expiación
El director Joe Wright utiliza uno de los dúos de amor más famosos de la ópera para ayudar a contar la historia romántica de Robbie y Cecilia. En esta escena, Robbie reproduce “O Soave Fanciulla” de La Boheme de Puccini en busca de inspiración mientras intenta escribir una carta a su amada Cecilia. Con esta música sobrevolando las imágenes el público se da cuenta de que en realidad los dos personajes están enamorados.