Aida de Verdi ha trascendido en el tiempo con su cautivadora trama y emocionantes interpretaciones musicales. La historia de amor y sacrificio de los personajes continúa cautivando los corazones de los espectadores, asegurándo su lugar como una de las óperas más famosas.
Ópera Aida de Verdi
Aida, la exquisita ópera compuesta por Giuseppe Verdi, debutó en el Cairo el 24 de diciembre de 1871. Este magno espectáculo, repleto de grandiosidad escénica, coros magníficos, escenografías deslumbrantes y efectos especiales impactantes, se ganó la admiración y los aplausos de la audiencia. La ópera recibió una recepción igualmente cálida en su estreno en La Scala de Milán el 8 de febrero de 1872, evento al que el propio compositor calificó como su estreno «oficial». El elenco original de esta producción estuvo compuesto por Antonietta Pozzoni (Aida), Pietro Mongini (Radamés), Eleonora Grossi (Amneris) y Francesco Steller (Amonasro).
Aida resplandece como una de las composiciones más conocidas de Verdi, cuyo renombre como destacado compositor de la época perdura hasta la actualidad. Uno de los momentos culminantes de la ópera es el coro inicial de la victoria de Egipto, una interpretación coral que se ha inmortalizado en innumerables representaciones y que fue adoptada incluso como himno nacional por el Jedive de la época.
¿De qué trata la ópera de Aida de Verdi?
La trama de Aida nos transporta a la antigua realeza de Egipto. Aida, una princesa etíope, es apresada y llevada como esclava a tierras egipcias. El comandante militar Radamés se debate entre su lealtad al rey y su amor por Aida. En el centro de la historia yace un complejo triángulo amoroso, donde Amneris también lucha por el afecto de Radamés, mientras este último carga con un amor no correspondido por ella.
Los Actos de «Aida» de Giuseppe Verdi
Acto I
La acción se desarrolla en el salón del palacio del rey egipcio. El sumo sacerdote Ramfis anuncia a Radamés que la guerra con los etíopes es inminente. El joven guerrero muestra su entusiasmo y anhelo de ser designado comandante jefe de las fuerzas egipcias en el conflicto.
Radamés oculta su amor secreto por Aida, la esclava etíope, que también lo ama en silencio. Aida, hija del rey de Etiopía, ha sido capturada sin que sus captores se percaten de su linaje. Su padre ha invadido Egipto en busca de su liberación.
Amneris, la hija del rey de Egipto, entra al salón; ella también está enamorada de Radamés, pero teme que sus sentimientos no sean correspondidos. Amneris sospecha de los lazos entre Radamés y Aida, pero logra ocultar sus celos.
El rey de Egipto y el sumo sacerdote entran al salón y anuncian a Radamés que los etíopes avanzan hacia Tebas. Encomiendan a Radamés liderar las fuerzas egipcias en la batalla. Aida despide a su amado con angustia, dividida entre su amor, su deber como hija del rey y la situación de su pueblo.
Acto II
Radamés regresa victorioso de la batalla con un séquito de esclavos, y comienza la celebración. Amneris sospecha los sentimientos de Aida y la interroga con astucia para descubrir la verdad. Aida confiesa su amor por Radamés. Amneris, enojada, declara su rivalidad hacia Aida y maquina su venganza.
Las tropas victoriosas desfilan por la ciudad en una escena espectacular acompañada por un poderoso coro. El rey de Egipto, como recompensa, ofrece a Radamés lo que desee. Entre los cautivos figura Amonasro, el padre de Aida, quien se reúne sin revelar su identidad. Amonasro anuncia públicamente que el rey etíope, en realidad él mismo, ha caído en combate. Los cautivos imploran piedad al pueblo egipcio, que no los condenen a muerte. Radamés, a cambio de sus hazañas, pide liberar los cautivos. Asombrado por la bondad del joven, el rey Egipcio decide nombrarlo heredero y prometerle la mano de su hija Amneris.
Acto III
En la víspera de la boda de Radamés y Amneris, en el templo de Isis, se ofrecen oraciones. Aida espera encontrarse con Radamés. Amonasro, su padre, la persuade para obtener información sobre la ubicación del ejército egipcio a través de Radamés. Cuando Radamés llega, Amonasro escucha su conversación desde las sombras.
Radamés confiesa su deseo de casarse con Aida. Ella lo convence de huir juntos al desierto. Mientras planea una ruta de escape y la localización del ejército egipcio, Amonasro revela su identidad. Radamés, sintiéndose traicionado por su amada, es arrestado por la guardia real al ser descubierto con el enemigo por Amneris y el sumo sacerdote.
Acto IV
En el salón del templo de la justicia, Amneris ruega a Radamés que acepte su amor y niegue las acusaciones para salvarse. Sin embargo, Radamés elige la muerte como traidor no intencionado de su patria y por perder a Aida, esperando que ella haya regresado viva a su reino. En su juicio, Radamés se niega a responder y es condenado a morir enterrado vivo.
Radamés es llevado a una bóveda subterránea, sellada para su muerte. Sorprendentemente, encuentra a Aida, su amada, en la tumba. Juntos aceptan su destino y esperan la muerte.
En la superficie, Amneris reza a los dioses por el descanso de Radamés, sin saber que Aida lo acompañará eternamente.
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