Considerada por Riccardo Muti
como una de las más relevantes intérpretes verdianas de la
actualidad, la joven mezzosoprano georgiana Anita
Rachvelishvili saltó a la fama tras su exitosa
Carmen junto a Kaufmann en la Scala de Milán en 2009,
dirigida por Daniel Barenboim. Desde entonces, se suceden sus
triunfos en las óperas de París y Viena, el Covent Garden o el
Metropolitan, con roles que demandan una voz poderosa y de timbre
seductor como la suya, entre ellos Santuzza, Amneris, Éboli o
Dalila. En su repertorio de recital no faltan nunca canciones de
compositores de su cultura, como el georgiano Otar Taktakishvili o
Rajmáninov, además de autores españoles y franceses como Falla o
Duparc.