Don Giovanni
Wolfgang Amadeus MozartDramma giocoso en dos actos
Libreto de Lorenzo Da Ponte, basado
en El burlador de Sevilla y convidado de piedra,
de Tirso de Molina
Don Giovanni o la disputa entre la libertad y el orden
Es Don Juan un ser de oscuridad, nada de él se vive en presencia de la luz del día y apenas la llama de las velas y las humeantes antorchas permitirán aventurar los caminos que sigue este dudoso héroe de callejones y ventadas forzadas. No hay cuándo ni dónde en este relato de iniquidades nocturnas, presentadas entre sombras y caras tapadas. Sólo hay una disputa entre dos conceptos que, a esas alturas del Siglo de las Luces, han de revelarse cruciales: el concepto de libertad y la noción de orden. La libertad, aclamada con efusivos vivas por Giovanni en una fiesta de cuerpos sin cara a la que invitan al mundo entero, se contrapone al orden reclamado por la justicia metafísica de la pétrea estatua del Comendador y el infernal coro de ardientes llamaradas. La disputa se ha resuelto en la luz y el disoluto se ha disuelto en la nada infernal y oscura de la noche de las almas.
marzo 2023 |
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02 | jueves | 19:30 | |
04 | sábado | 19:00 | |
07 | martes | 19:30 | |
10 | viernes | 19:30 | |
12 | domingo | 18:00 |
Equipo creativo
Dirección musical
Riccardo Minasi
Dirección de escena
Damiano Michieletto
Escenografía
Paolo Fantin
Vestuario
Carla Teti
Iluminación
Fabio Barettin
Reparto
Don Giovanni
Davide Luciano
Il Commendatore
Gianluca Buratto
Donna Anna
Ruth Iniesta
Don Ottavio
Giovanni Sala
Donna Elvira
Elsa Dreisig
Leporello
Riccardo Fassi
Zerlina
Jacquelyn Stucker
Masetto
Adolfo Corrado
Cor de la Generalitat Valenciana
Director Francesc Perales
Orquestra de la Comunitat Valenciana
Producción del Teatro La Fenice de Venecia
Audio
Sinopsis
ACTO I
Jardín en la entrada del palacio del Comendador en Sevilla. Es de noche
Leporello, criado de Don Giovanni, se lamenta de los sinsabores que le depara estar al servicio de éste: hambre, frío, poco dinero y esperar mientras su patrón se divierte conquistando mujeres. Don Giovanni irrumpe perseguido por Donna Anna, quien trata en vano de identificarlo después de que éste haya intentado seducirla. El ruido despierta al Comendador, padre de la dama, que reta al embaucador a batirse en duelo. Donna Anna marcha en busca de ayuda. Don Giovanni hiere de muerte al viejo y huye con su criado. Aparece Donna Anna con su prometido Don Ottavio y algunos criados, aunque ya es demasiado tarde. El Comendador yace muerto y la dama pide a Don Ottavio que vengue el asesinato de su padre.
Una calle en las afueras de la ciudad. Amanece
Donna Elvira, dama de Burgos, aparece ataviada con atuendo de viaje. Acaba de llegar a Sevilla en busca de un amante que la abandonó. Don Giovanni se aproxima con Leporello dispuesto a seducirla. Cuando descubre, con sorpresa, que se trata de Donna Elvira, una de sus conquistas, huye sigilosamente. Mientras, Leporello la consuela con una muestra del interminable catálogo de conquistas de su señor, con el fin de hacerle ver que ella no es la primera ni tampoco la última de la lista.
Se produce un cambio de escena y aparecen Masetto y Zerlina, dos campesinos que celebran su boda acompañados por otros aldeanos. Llegan Don Giovanni y Leporello. El seductor se siente muy atraído por Zerlina y ordena a su criado que invite a una fiesta en su palacio a todos los aldeanos, en especial a Masetto, para quitárselo de encima y tener libre el camino para cortejar a Zerlina. Una vez que se han quedado los dos solos, Don Giovanni trata de engatusar a la joven con sus encantos, pero sus planes se verán truncados con la irrupción de Donna Elvira, que advierte a Zerlina la clase de hombre que es Don Giovanni, y se lleva consigo a la muchacha.
Llegan Don Ottavio y Donna Anna, que solicitan a Don Giovanni sus servicios para vengar la muerte del Comendador. Don Giovanni respira aliviado al ver que no le han reconocido. Vuelve a aparecer, un poco agitada, Donna Elvira, que trata de persuadir a Don Ottavio y Donna Anna de que no confíen en Don Giovanni. Éste se marcha. Donna Anna comienza a inquietarse, pues cree reconocer en la voz del caballero al asesino de su padre. Entonces, narra a Don Ottavio lo sucedido aquella fatídica noche y de nuevo le exige que vengue su muerte.
Jardín en el palacio de Don Giovanni
Zerlina y Masetto se reconcilian. Aparece Don Giovanni con renovados planes para conquistar el corazón de Zerlina. Invita a la joven pareja y a todos los aldeanos a una fiesta en su palacio. Don Ottavio, Donna Anna y Donna Elvira, disfrazados con máscaras, espían a Don Giovanni. Leporello los ve y los invita a la fiesta.
Interior del palacio de Don Giovanni
Todos bailan y se divierten en la fiesta. Aprovechando una de las danzas, Don Giovanni consigue llevarse a Zerlina hasta una de las habitaciones del palacio para seducirla, pero la muchacha comienza a gritar y pide socorro. Don Giovanni acusa a Leporello del acoso a la joven. Entonces, Don Ottavio, Donna Anna y Donna Elvira se desenmascaran, ante la sorpresa de su anfitrión, y culpan a Don Giovanni de lo sucedido. A la primera oportunidad, el seductor huye del palacio con su criado.
ACTO II
Frente a la casa de Donna Elvira. Es de noche
Leporello medita sobre la conveniencia de dejar de trabajar para Don Giovanni. Llega su patrón y le entrega unas monedas que lo hacen desistir de la idea de abandonarle. Ahora planean juntos cortejar a la doncella de Donna Elvira. Para ello intercambian sus ropas con el objeto de que Don Giovanni presente un aspecto más sencillo ante la muchacha. Pero es Donna Elvira la que se asoma al balcón, en lugar de su doncella. Don Giovanni se esconde detrás de Leporello y se disculpa ante Donna Elvira simulando arrepentimiento mientras Leporello reproduce con gestos las palabras de su señor.
Donna Elvira baja a la calle y Leporello, imitando la voz de Don Giovanni, comienza a seducirla, aunque torpemente. Don Giovanni les asusta en la oscuridad y consigue que se vayan. Ya tiene el camino libre para cortejar a la doncella de Donna Elvira, pero aparece Masetto acompañado de otros aldeanos en busca de Don Giovanni para darle muerte. Aprovechando que lleva las ropas de Leporello, el seductor finge que se quiere unir a la causa y, una vez que logra que todos partan y se queda a solas con Masetto, lo desarma, le da una paliza y huye. Más tarde, Zerlina consuela cariñosamente a Masetto.
Patio delante de la casa de Donna Anna
Leporello, ataviado todavía con las ropas de Don Giovanni, trata de deshacerse de Donna Elvira. La situación se le complica más con la llegada de Don Ottavio, Donna Anna, Zerlina y Masetto. Entonces, revela su identidad para librarse de un castigo que no le corresponde. Aprovechando el despiste de los demás, Leporello sale corriendo en cuanto ve la oportunidad. Don Ottavio decide ir en busca de la justicia.
Cementerio. Junto a la estatua del Comendador
Don Giovanni y Leporello vuelven a encontrarse en el cementerio, ante la estatua del Comendador. Su conversación es interrumpida por la voz de ultratumba de éste. Leporello está aterrorizado. Don Giovanni apenas se inmuta. Es más, invita a cenar a la estatua a su casa esa misma noche.
Habitación en casa de Donna Anna
Don Ottavio consuela a Donna Anna y le ofrece casarse con ella inmediatamente. Sin embargo, la dama considera que el luto por su padre aún es reciente y habrá que esperar.
Salón comedor en el palacio de Don Giovanni
Leporello sirve la cena a Don Giovanni. Donna Elvira acude a suplicar inútilmente a Don Giovanni que cambie su estilo de vida. Tras la partida de la dama entra la estatua del Comendador, que exige el arrepentimiento de Don Giovanni. Pero éste se niega y es devorado por las llamas del infierno. Aparecen todos los personajes y Leporello les relata muy sorprendido el horrible final de Don Giovanni. Parece que todos se sienten, en cierta forma, reconfortados.
Jardín en la entrada del palacio del Comendador en Sevilla. Es de noche
Leporello, criado de Don Giovanni, se lamenta de los sinsabores que le depara estar al servicio de éste: hambre, frío, poco dinero y esperar mientras su patrón se divierte conquistando mujeres. Don Giovanni irrumpe perseguido por Donna Anna, quien trata en vano de identificarlo después de que éste haya intentado seducirla. El ruido despierta al Comendador, padre de la dama, que reta al embaucador a batirse en duelo. Donna Anna marcha en busca de ayuda. Don Giovanni hiere de muerte al viejo y huye con su criado. Aparece Donna Anna con su prometido Don Ottavio y algunos criados, aunque ya es demasiado tarde. El Comendador yace muerto y la dama pide a Don Ottavio que vengue el asesinato de su padre.
Una calle en las afueras de la ciudad. Amanece
Donna Elvira, dama de Burgos, aparece ataviada con atuendo de viaje. Acaba de llegar a Sevilla en busca de un amante que la abandonó. Don Giovanni se aproxima con Leporello dispuesto a seducirla. Cuando descubre, con sorpresa, que se trata de Donna Elvira, una de sus conquistas, huye sigilosamente. Mientras, Leporello la consuela con una muestra del interminable catálogo de conquistas de su señor, con el fin de hacerle ver que ella no es la primera ni tampoco la última de la lista.
Se produce un cambio de escena y aparecen Masetto y Zerlina, dos campesinos que celebran su boda acompañados por otros aldeanos. Llegan Don Giovanni y Leporello. El seductor se siente muy atraído por Zerlina y ordena a su criado que invite a una fiesta en su palacio a todos los aldeanos, en especial a Masetto, para quitárselo de encima y tener libre el camino para cortejar a Zerlina. Una vez que se han quedado los dos solos, Don Giovanni trata de engatusar a la joven con sus encantos, pero sus planes se verán truncados con la irrupción de Donna Elvira, que advierte a Zerlina la clase de hombre que es Don Giovanni, y se lleva consigo a la muchacha.
Llegan Don Ottavio y Donna Anna, que solicitan a Don Giovanni sus servicios para vengar la muerte del Comendador. Don Giovanni respira aliviado al ver que no le han reconocido. Vuelve a aparecer, un poco agitada, Donna Elvira, que trata de persuadir a Don Ottavio y Donna Anna de que no confíen en Don Giovanni. Éste se marcha. Donna Anna comienza a inquietarse, pues cree reconocer en la voz del caballero al asesino de su padre. Entonces, narra a Don Ottavio lo sucedido aquella fatídica noche y de nuevo le exige que vengue su muerte.
Jardín en el palacio de Don Giovanni
Zerlina y Masetto se reconcilian. Aparece Don Giovanni con renovados planes para conquistar el corazón de Zerlina. Invita a la joven pareja y a todos los aldeanos a una fiesta en su palacio. Don Ottavio, Donna Anna y Donna Elvira, disfrazados con máscaras, espían a Don Giovanni. Leporello los ve y los invita a la fiesta.
Interior del palacio de Don Giovanni
Todos bailan y se divierten en la fiesta. Aprovechando una de las danzas, Don Giovanni consigue llevarse a Zerlina hasta una de las habitaciones del palacio para seducirla, pero la muchacha comienza a gritar y pide socorro. Don Giovanni acusa a Leporello del acoso a la joven. Entonces, Don Ottavio, Donna Anna y Donna Elvira se desenmascaran, ante la sorpresa de su anfitrión, y culpan a Don Giovanni de lo sucedido. A la primera oportunidad, el seductor huye del palacio con su criado.
ACTO II
Frente a la casa de Donna Elvira. Es de noche
Leporello medita sobre la conveniencia de dejar de trabajar para Don Giovanni. Llega su patrón y le entrega unas monedas que lo hacen desistir de la idea de abandonarle. Ahora planean juntos cortejar a la doncella de Donna Elvira. Para ello intercambian sus ropas con el objeto de que Don Giovanni presente un aspecto más sencillo ante la muchacha. Pero es Donna Elvira la que se asoma al balcón, en lugar de su doncella. Don Giovanni se esconde detrás de Leporello y se disculpa ante Donna Elvira simulando arrepentimiento mientras Leporello reproduce con gestos las palabras de su señor.
Donna Elvira baja a la calle y Leporello, imitando la voz de Don Giovanni, comienza a seducirla, aunque torpemente. Don Giovanni les asusta en la oscuridad y consigue que se vayan. Ya tiene el camino libre para cortejar a la doncella de Donna Elvira, pero aparece Masetto acompañado de otros aldeanos en busca de Don Giovanni para darle muerte. Aprovechando que lleva las ropas de Leporello, el seductor finge que se quiere unir a la causa y, una vez que logra que todos partan y se queda a solas con Masetto, lo desarma, le da una paliza y huye. Más tarde, Zerlina consuela cariñosamente a Masetto.
Patio delante de la casa de Donna Anna
Leporello, ataviado todavía con las ropas de Don Giovanni, trata de deshacerse de Donna Elvira. La situación se le complica más con la llegada de Don Ottavio, Donna Anna, Zerlina y Masetto. Entonces, revela su identidad para librarse de un castigo que no le corresponde. Aprovechando el despiste de los demás, Leporello sale corriendo en cuanto ve la oportunidad. Don Ottavio decide ir en busca de la justicia.
Cementerio. Junto a la estatua del Comendador
Don Giovanni y Leporello vuelven a encontrarse en el cementerio, ante la estatua del Comendador. Su conversación es interrumpida por la voz de ultratumba de éste. Leporello está aterrorizado. Don Giovanni apenas se inmuta. Es más, invita a cenar a la estatua a su casa esa misma noche.
Habitación en casa de Donna Anna
Don Ottavio consuela a Donna Anna y le ofrece casarse con ella inmediatamente. Sin embargo, la dama considera que el luto por su padre aún es reciente y habrá que esperar.
Salón comedor en el palacio de Don Giovanni
Leporello sirve la cena a Don Giovanni. Donna Elvira acude a suplicar inútilmente a Don Giovanni que cambie su estilo de vida. Tras la partida de la dama entra la estatua del Comendador, que exige el arrepentimiento de Don Giovanni. Pero éste se niega y es devorado por las llamas del infierno. Aparecen todos los personajes y Leporello les relata muy sorprendido el horrible final de Don Giovanni. Parece que todos se sienten, en cierta forma, reconfortados.