Peter Grimes
Benjamin Britten
Sala Principal
"Un Peter Grimes de referencia."
La Razón
"Una muy estimulante jornada de ópera en Valencia."
El Mundo
"Un espectáculo imprescindible."
Levante
"Interpretación de referencia."
Las Provincias
Duración aproximada: 2 h 50 m
Dirección musical
Christopher Franklin
Dirección de escena
Willy Decker
Escenografía y vestuario
John Macfarlane
Iluminación
Trui Malten
Coreografía
Athol Farmer
Producción
Teatro de la Monnaie
Cor de la Generalitat
Francesc Perales, director
Orquestra de la Comunitat Valenciana
Peter Grimes
Gregory Kunde
Ellen Orford
Leah Partridge
Balstrode
Robert Bork
Auntie
Dalia Schaechter
Sedley
Rosalind Plowright
Swallow
Andrew Greenan
Ned Keene
Charles Rice
Reverendo Adams
Ted Schmitz
Bob Boles
Richard Cox
Hobson
Lukas Jakobski
Niece 1
Giorgia Rotolo *
Niece 2
Marianna Mappa *
* Centre de Perfeccionament Plácido Domingo
Prólogo
La acción se desarrolla en una localidad pesquera de la costa oriental de Inglaterra. En presencia de todo el pueblo, el juez de instrucción interroga al pescador Peter Grimes acerca de la muerte de su grumete, que ha sido el segundo en fallecer a sus órdenes. Los lugareños desconfían del huraño pescador, que sólo cuenta con el apoyo de la maestra Ellen Orford, enamorada de él, pero el tribunal no encuentra pruebas de delito en la conducta de Grimes, aunque le prohíbe tener un nuevo grumete.
Acto I
Necesitado de ayuda para realizar su trabajo, Grimes decide tomar un nuevo grumete, eligiendo a John, un chico de la casa de caridad, por mediación de Ellen y en contra de los consejos de su amigo el capitán Balstrode. Lo recogerá por la tarde en el pub, donde su aparición es abiertamente desaprobada por los vecinos con un silencio acusador. Ellen y Balstrode interceden por el pescador, pero Grimes se marcha con John ignorando la actitud de todos y la misma furia de la naturaleza, que desencadena una terrible tormenta sobre el pueblo.
Acto II
Han pasado varias semanas, y los rumores sobre Grimes y su maltrato al nuevo grumete se acrecientan por el pueblo. Ellen habla con John y se preocupa al verle con las ropas desgarradas y con una herida en el cuello, por lo que discute con Grimes sobre su conducta con el muchacho. El pescador la trata con dureza y termina golpeándola, marchándose precipitadamente. Pero la escena la han visto varios vecinos, que encienden la ira del pueblo y van en busca de Grimes para castigarlo, dejando a Ellen lamentándose.
En la cabaña de Grimes, el pescador insta a John a salir inmediatamente de pesca, ambicionando una gran captura y soñando con un futuro junto a Ellen. De sus cavilaciones le saca el ruido de la gente del pueblo aproximándose en su búsqueda. Desconfiado y temeroso, decide huir con el grumete, que cae accidentalmente por un acantilado. A llegar los lugareños, sólo encuentran la cabaña vacía.
Acto III
Durante un baile, las sospechas sobre Grimes vuelven a crecer con la prolongada ausencia del pescador y su grumete. Cuando Ellen confirma a Balstrode que un jersey que éste ha encontrado en la playa era el que la maestra tejió para el muchacho, los vecinos se deciden a ir a cazar a Grimes.
A solas, Grimes se hunde en la locura mientras las voces amenazadoras de los lugareños se aproximan. Ellen y Balstrode encuentran al pescador, y el viejo capitán le convence para que adentre su barca en el mar y luego se hunda con ella, ante la desesperación de Ellen. Al amanecer, el pueblo retoma su actividad: llega la noticia de que un barco se está hundiendo en alta mar, pero al no poder divisar nada, la ignoran calificándolo de rumor infundado.
Una entrevista con Willy Decker
Peter Grimes se diferencia de la mayoría de obras líricas compuestas después de la Segunda guerra mundial por su gran aceptación entre el público. Según usted, ¿en qué se basa ese éxito excepcional?
La fuerza del Peter Grimes de Britten, y por tanto su éxito, en mi opinión, reside en el hecho de que el compositor ha logrado con genialidad vincular la descripción de la naturaleza y la de la mente humana. La violencia del mar se refleja en la violencia de los hombres y de sus actos: la tierra firme y el mar, el hombre y la naturaleza, se encuentran atrapados en las garras el uno del otro…
A la grandeza de esta ópera se añade que texto y música profundizan por igual en el drama; es decir, hay una correspondencia en música de las dimensiones dramáticas del libreto.
Del poema original al libreto, Peter Grimes ha cambiado, y es a Montagu Slater a quien se le debe la sustancia psicológica del drama. Pero esta dimensión subjetiva en la ópera, ¿no anularía la crítica social que Crabbe, en su poema, quería enseñar al relatar un “hecho social”?
Creo que la “dimensión sociológica” está intacta en Britten; intacta y sin embargo conferida de un sentido más amplio. La obra tiene que ver, sobre todo, con el conflicto entre el individuo y la sociedad, entre el rebaño y la oveja descarriada (o el chivo expiatorio), entre la comunidad y sus marginados. Tanto en Peter Grimes como en sus otras dos grandes obras dramáticas, Billy Bud y War Requiem, Britten da muestras de su gran interés por la moral. La cuestión decisiva que debe poner a prueba a los modelos de sociedad humana es la de su actitud hacia aquellos que no se atienen a la norma; ésa es la cuestión que Britten no cesa de plantear.
Siempre se ha citado la marginalidad sexual de Britten y el aislamiento de su postura política mientras creaba Peter Grimes (como pacifista en plena guerra mundial) en relación con la marginalidad de su héroe. Dicho acercamiento, salvando las distancias, ¿le parece que da perspectivas esclarecedoras a la obra?
Creo que hacer un paralelismo directo entre Peter Grimes y la personalidad e historia propias de Britten induciría a error. Justamente, para elegir este asunto, para tratarlo con tanto ingenio, Britten podía buscar en la consciencia de su propia condición y es, sin duda, su relación personal tan tensa con la sociedad burguesa de su tiempo -especialmente la británica- la que le hace plantear con esa vehemencia la cuestión del derecho de la comunidad a condenar la diferencia.
De todos modos, Britten y Peter Grimes, cada uno en su circunstancia, son diferentes de principio a fin. Me parece equivocado, plano y simple apreciar en Grimes, precisamente, un problema de opción sexual.
Un simple toque local para algunos, personaje principal según otros… ¿qué es el mar en su Peter Grimes? ¿Qué elementos de escenografía ha empleado para hacerlo visible?
En Peter Grimes, el mar determina en su violencia el comportamiento de los hombres. En todos los sentimientos, principalmente en la angustia y en los deseos, siempre está presente. No me gusta avanzar detalles del decorado… Aun así, de todos es sabido que la representación del mar en el teatro es un problema tan viejo como el propio mundo. Cuanto más se pretende reflejar en escena el agua, la lejanía, lo profundo… más ridículo es el resultado. Lo que hay que hacer es encontrar las imágenes de su inmensidad y violencia y traducirlas al lenguaje teatral; hay que representar los efectos que produce el mar en el alma de los hombres.
Como ejemplo de antihéroe, se podría citar a Peter Grimes. Al lado de otras tragedias que tratan la culpa o la sospecha (Otello, por ejemplo) también se podría calificar la ópera Peter Grimes de «anti-drama»: el fluir de sentimientos contradictorios que su misterio incita, nos conduce a Grimes, pero sin mayores pruebas, y su desaparición deja intacto el enigma vergonzoso que ha dado forma a la cuestión de su culpabilidad evidente al mundo… ¿Tal vez esa «irresolución» sea la actualidad más candente de Peter Grimes?
Los héroes de Britten son, en efecto, problemáticos, en el sentido de que su ejemplo pone de relevancia los problemas fundamentales del hombre y de la sociedad. Con la figura de Peter Grimes, como con la del capitán Vere en Billy Budd, Britten lanza la cuestión moral fundamental de la culpa o de la inocencia, de la condena o de la absolución, hasta la pregunta definitiva: la verdad. La primera cuestión planteada a Peter Grimes: «the truth, the whole truth and nothing but the truth» [«la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad»]. La respuesta de Peter es callar. Ese silencio no sólo refleja su dilema personal, sino también la dificultad básica, o imposibilidad, de encontrar o decir la verdad. El mutismo de Grimes, comparable al tartamudeo de Billy Budd, es la respuesta de Britten a un positivismo «listo para pensar», a una moral burguesa arrogante y a un discurso altanero en nombre de la ley. Deja a sus personajes con sus sombras, no quiere arrancarles su secreto a cualquier precio, y deja al espectador con la tensión que produce una pregunta que se ha quedado sin respuesta. En ese sentido es profundamente actual, y demuestra ser un verdadero autor de nuestro siglo… pero en lugar de dar respuesta intelectual y hacer un juicio previo, muestra la empatía de una gran humanidad que hace del acto de callar una respuesta más profunda de la que daría cualquier otro discurso.
Por Jean-Louis Livert
Cortesía Teatro de la Monnaie, Bruselas
La esperanza, en un mar de progresiva perdición.
En la Europa de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, el 7 de junio de 1945 se estrenaba Peter Grimes en el Teatro Sadler’s Wells de Londres. Benjamin Britten y su pareja, el tenor Peter Pears -primer intérprete del papel titular-, habían pasado el periodo bélico en los Estados Unidos de América como objetores de conciencia y hacían, en esa fecha, su particular obra patriótica. La obra se consideró el símbolo de la inexistente ópera nacional inglesa y se convirtió en el título más representado de la segunda mitad del siglo XX.
Peter Grimes se inspira en el poema narrativo en forma de cartas The Borough, escrito por George Crabbe en 1810. Un retrato de la sociedad de su tiempo con el mar de fondo; gentes que viven en su orilla, pero que serían las mismas lejos de él.
Peter Grimes es un héroe trágico y romántico, tan desapegado de su mundo como necesitado de su aquiescencia; tan carente de piedad como lleno de remordimiento que, hostigado hasta el fin, buscará en la abstracción del mar la muerte a la que le empuja una comunidad hostil.
Compuesta sobre un libreto de Montagu Slater, guionista, la ópera plasma el momento de mestizaje entre las artes escénicas, la radio y el cine con una partitura repleta de acción sugerente y viva; con ecos de odio y agonía interrumpidos por los interludios del mar, solitario y grande.
Peter Grimes es el drama de la corrupción gradual de un ser humano verdugo a la par que víctima en una sociedad que rechaza su diferencia, violento a la par que violentado.
Anselmo Alonso Soriano.
© Mikel Ponce / © Miguel Lorenzo