La clemenza di Tito
Wolfgang Amadeus Mozart
Auditori
Dirección musical
Nimrod David Pfeffer
Concepto escénico
Allex Aguilera
Escenografía
Manuel Zuriaga
Vestuario
José María Adame
Iluminación
Antonio Castro
Producción
Palau de les Arts
Cor de la Generalitat
Francesc Perales, director
Orquestra de la Comunitat Valenciana
Tito
Carlo Allemano
Vitellia
Eva Mei
Sesto
Margarita Gritskova
Servilia
Karen Gardeazabal
Annio
Nozomi Kato
Publio
Andrea Pellegrini *
* Centre Plácido Domingo
Acto I
Roma, año 80 d.C. Tito, nuevo emperador, ha elegido por esposa a la extranjera Berenice, lo que provoca la ira de Vitellia, dama romana que se considera la mejor candidata al trono. Utilizando el amor que Sesto siente por ella, lo convence para que asesine a Tito, pero el plan queda en suspenso cuando Annio anuncia que el emperador ha cambiado su elección por la de una esposa romana. Vitellia se ilusiona con la idea de ser la elegida, y Annio y Sesto reafirman su amistad, que pronto se reforzará con la boda de Annio y Servilia, hermana de Sesto.
En el foro, Tito es aclamado por su generosidad al destinar a las víctimas de la erupción del Vesubio los fondos recaudados para erigir un templo en su honor. A solas con Annio y Sesto, les hace saber que ha elegido a Servilia como esposa, lo que Annio comunica con pesar a la joven, que acata la voluntad de Tito pese a su dolor.
Reunidos en el Palatino, Tito comprende el sacrificio de Servilia y la libera de su carga, renunciando a ella. Ignorante de ésto, Vitellia estalla de ira contra Sesto y le conmina a acabar con el emperador, por lo que el joven se marcha decidido a matar a Tito. Entonces llega la noticia de que Vitellia es finalmente la elegida como futura esposa del emperador, lo que llena a la dama de terror y remordimientos.
El Capitolio ha sido incendiado, y Sesto lamenta haber asestado el golpe mortal a Tito. Vitellia le impide confesar su crimen mientras todos lloran la pérdida del emperador.
Acto II
En los jardines imperiales, Sesto admite ante Annio su traición, pero el césar está vivo: en la confusión del incendio, Sesto ha herido a Lentulo al confundirlo con Tito, y el testimonio del herido ha descubierto al traidor. Vitellia consigue que Sesto prometa no descubrir su participación en la conjura antes de que sea arrestado.
Mientras el pueblo da las gracias a los dioses por salvar al césar, éste debe firmar la sentencia de Sesto, que ha sido condenado a muerte tras declararse único responsable del atentado. El emperador intenta conocer las razones de la traición de Sesto, pero el joven sólo acierta a pedir perdón, evitando traicionar a Vitellia. A solas, el césar decide finalmente ser magnánimo antes que vengativo y rompe la sentencia. Mientras, Annio y Servilia convencen a Vitellia de que confiese su participación en la conjura y la dama lamenta la pérdida de sus sueños de ser emperatriz.
En el anfiteatro, Sesto es llevado ante Tito, que se dispone a darle el perdón cuando Vitellia entra y se arroja a los pies del emperador, confesando su culpa e implorando gracia. Tito vacila, pero su generosidad se impone y otorga el perdón a todos, mientras el pueblo alaba la clemencia del césar y Tito solicita a los dioses que acorten su vida cuando deje de servir dignamente a su amada Roma.