Una
producción que ha triunfado allá donde ha ido.
¡Ahora en Valencia!
¡Una fiesta sobre el escenario!
Dramma giocoso en un acte Llibret de Luigi Balocchi
Espectáculo hablado y cantado en italiano.
Subtítulos disponibles en castellano y valenciano.
Subtítulos disponibles en castellano y valenciano.
Del
29 de febrero al 14 de marzo de 2020.
febrero 2020 |
|||
---|---|---|---|
29 | sábado | 19:00 | |
marzo 2020 |
|||
03 | martes | 20:00 | |
06 | viernes | 20:00 | |
10 | martes | 20:00 | |
14 | sábado | 19:00 |
Equipo creativo
Dirección musical | Dirección de escena | Escenografía | Vestuario | Iluminación | Producción |
---|---|---|---|---|---|
Francesco Lanzillotta | Damiano Michieletto | Paolo Fantin | Carla Teti | Alessandro Carletti | Dutch National Opera & Ballet en coproducción con la Royal Danish Opera Copenhagen y la Opera Australia |
Reparto
Corinna | La Marchesa Melibea | La Contessa di Folleville | Madama Cortese | Il Cavaliere Belfiore | Il Conte di Libenskof | Lord Sidney | Don Profondo | Il Barone di Trombonok |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Mariangela Sicilia | Marina Viotti | Albina Shagimuratova | Ruth Iniesta | Ruzil Gatin | Sergey Romanovsky | Adrian Sâmpetrean | Misha Kiria | Fabio Capitanucci |
Sinopsis
La acción se sitúa en el balneario El azucena de oro 'en la
localidad francesa de Plombières-les-Bains, en mayo de 1825. Madame
Cortese, propietaria del establecimiento, se encuentra preocupada
por la atención que recibirán los huéspedes, que pernoctan allí
durante su viaje a Reims para presenciar la coronación de Carlos X.
de la satisfacción de los clientes depende el futuro de su negocio,
que conoció tiempos mejores.
Aparece la condesa de folleville, inquieta ante la tardanza de la diligencia que debe conducirla a Reims. Cuando se entera de que ésta ha tenido un accidente se desmaya. En recobrarse lamenta la pérdida de su vestuario, aunque se siente aliviada al ver su criada con la caja de un sombrero que han podido recuperar del desastre.
Los viajeros se reúnen para esperar los nuevos caballos y así proseguir la marcha; entre estos, el caballero español Don Álvaro y el conde ruso Libenskof, que rivalizan por el amor de la marquesa polaca Melibea; también Don Profondo, anticuario italiano, y el barón alemán Trombonok, divertidos con los flirteos de los enamorados. Cuando parece que la cosa irá a más, se siente una garra fuera de escena y la voz de la poeta romana Corinna entona una oda al amor fraternal que devuelve la serenidad a los presentes. La escena se vacía.
Lord Sidney, caballero inglés, aparece para lamentarse de su amor no correspondido por Corinna. Don Profondo le interroga sobre unas antigüedades y el inglés marcha justo antes de que la poeta y su amiga Delia aparezcan. Cuando Corinna se queda a solas llega el caballero francés Belfiore, que le declara su amor, pero es rechazado por ella. Don Profondo, que ha visto la escena, río en imaginar la reacción de la condesa si supiera la infidelidad de Belfiore y luego entona un divertido monólogo describiendo los viajeros y sus naciones en función del contenido de cada equipaje.
De nuevo van apareciendo los impacientes huéspedes, que quedan desalentados por la noticia que no es posible contratar nuevos caballos: el viaje termina en esta parada. Madame Cortese aporta la solución con una carta que le anuncia grandes festejos en París tras el acto de Reims. La condesa folleville invita todos a su casa parisina, a la que llegarán en la diligencia del día siguiente. Para amenizar la espera, organizarán un banquete con el dinero que pensaban gastar en Reims. Una vez se han ido los viajeros, Trombonok reconcilia Melibea con Liebenskof.
En el jardín se prepara el banquete, para el que Trombonok ha conseguido una orquesta. La cena se ameniza con canciones entonadas por los comensales, para finalizar con una improvisación a cargo de Corinna dedicada a la coronación de Carlos X, que es ovacionada por todos con vítores en Francia.
Aparece la condesa de folleville, inquieta ante la tardanza de la diligencia que debe conducirla a Reims. Cuando se entera de que ésta ha tenido un accidente se desmaya. En recobrarse lamenta la pérdida de su vestuario, aunque se siente aliviada al ver su criada con la caja de un sombrero que han podido recuperar del desastre.
Los viajeros se reúnen para esperar los nuevos caballos y así proseguir la marcha; entre estos, el caballero español Don Álvaro y el conde ruso Libenskof, que rivalizan por el amor de la marquesa polaca Melibea; también Don Profondo, anticuario italiano, y el barón alemán Trombonok, divertidos con los flirteos de los enamorados. Cuando parece que la cosa irá a más, se siente una garra fuera de escena y la voz de la poeta romana Corinna entona una oda al amor fraternal que devuelve la serenidad a los presentes. La escena se vacía.
Lord Sidney, caballero inglés, aparece para lamentarse de su amor no correspondido por Corinna. Don Profondo le interroga sobre unas antigüedades y el inglés marcha justo antes de que la poeta y su amiga Delia aparezcan. Cuando Corinna se queda a solas llega el caballero francés Belfiore, que le declara su amor, pero es rechazado por ella. Don Profondo, que ha visto la escena, río en imaginar la reacción de la condesa si supiera la infidelidad de Belfiore y luego entona un divertido monólogo describiendo los viajeros y sus naciones en función del contenido de cada equipaje.
De nuevo van apareciendo los impacientes huéspedes, que quedan desalentados por la noticia que no es posible contratar nuevos caballos: el viaje termina en esta parada. Madame Cortese aporta la solución con una carta que le anuncia grandes festejos en París tras el acto de Reims. La condesa folleville invita todos a su casa parisina, a la que llegarán en la diligencia del día siguiente. Para amenizar la espera, organizarán un banquete con el dinero que pensaban gastar en Reims. Una vez se han ido los viajeros, Trombonok reconcilia Melibea con Liebenskof.
En el jardín se prepara el banquete, para el que Trombonok ha conseguido una orquesta. La cena se ameniza con canciones entonadas por los comensales, para finalizar con una improvisación a cargo de Corinna dedicada a la coronación de Carlos X, que es ovacionada por todos con vítores en Francia.