Prólogo
El Director expone su credo artístico y las intenciones de la obra que van a representar, cuyo objetivo es fomentar los nacimientos.
Acto I
Zanzíbar, poco antes de la Primera Guerra Mundial. Thérèse está hastiada de su matrimonio, que le obliga a hacer lo que el Marido le ordena, y fantasea con ser libre, convertirse en militar y evitar la maternidad. Para su sorpresa, sus pechos se desprenden de su cuerpo y bigote y barba aparecen en su rostro. Cuando llega el Marido no la reconoce, pero ella lo saca de su error y se presenta como Tirésias, maniatándolo e intercambiando sus ropas con las de él. Con su nuevo aspecto masculino, marcha a conquistar el universo. Mientras tanto, los borrachos Presto y Lacouf protagonizan un duelo que termina con la muerte aparente de ambos, pero los dos resucitan tras la llegada del Policía, que desata al Marido, por el que se siente inmediatamente atraído al confundirlo con una mujer. Se oyen vítores a Tirésias y consignas en contra de tener hijos, ante lo cual el Marido, preocupado por la inminente despoblación, decide que será él quien los tenga. Tras un breve entreacto, aparece el primer recién nacido, que es aclamado por todos.
Acto II
Al atardecer de ese día, el Marido celebra su triunfo: 40.049 niños en sólo un día. Un Periodista de París llega para entrevistarle y el Marido responde a sus preguntas con orgullo, manifestando que sus hijos le han hecho rico con sus carreras artísticas. Pero cuando el Periodista le pide dinero, lo expulsa de una patada y se dispone a crear un periodista propio que no le incomode, aunque el Hijo resultante trata de chantajearlo antes de marcharse.
Entra el Policía y se muestra asombrado por el éxito del Marido, pero también preocupado por la inminente desnutrición que acecha a Zanzíbar tras tantos nacimientos. El Marido sugiere que alimente a la población con los naipes de la Adivina, que aparece al ser nombrada. Cuando ella empieza a lanzar profecías, el Policía intenta arrestarla por estafadora, pero la mujer lo estrangula. El Marido entonces trata de apresarla, ella se zafa y, lanzando sus ropas al suelo, se presenta como Thérèse, manifestando su amor por él. Ambos se reconcilian y, con el resucitado Policía y el resto de la población de Zanzíbar, lanzan su mensaje al público: ¡Hagan niños!